A menudo, después de las sesiones de juego, charlo un rato con un colega sobre cómo ha jugado cada uno de los asistentes, analizando los porqués de muchas de sus decisiones.
Es aquí cuando mi colega, varias veces, ha recurrido al refrán ese de "en la mesa y en el juego, se conoce al caballero".
Él piensa que como una persona es en su día a día, lo es punto por punto cuando se sienta a jugar. Es decir, un calco completo.
Yo no soy de esa opinión. Sí creo que por supuesto tu manera de ser se refleja en actitudes durante las partidas, pero sólo en parte. Es decir, un calco quizás aproximado, pero no completo.
Me explico; creo que cuando un jugador se sienta delante de un tablero, se evade de la realidad (no siempre xD) hasta tal punto que aprovecha para adoptar actitudes que en su vida diaria no puede hacer. De esta guisa, por poner un ejemplo, puede ocurrir que una persona leal, un buen samaritano, saque su lado más traicionero cuando juega. Lo hace porque sabe que en ese contexto es únicamente donde lo puede hacer, y aprovecha la ocasión.
Este asunto me trae recuerdos al rol. Aquéllos que lo hemos jugado, sabemos que cuando manejas a un personaje, interpretas a alguien, un personaje que no eres tú. Que sí, puede que tenga algunas similitudes con tu YO real, pero sólo las obvias por ser un personaje interpretado por una persona real.
Por supuesto, y otro tema colateral, sería hablar sobre los juegos en los cuales, a través de unas decisiones u otras, una persona puede reflejar más su personalidad. Pero esto lo doy por sentado. Ya imagino que en el cinquillo, por ejemplo, todo el mundo jugará de una manera muy parecida y no se podrá reflejar tanto la "personalidad" como cuando juegas a un cooperativo xD
Enfin, ¿qué opináis vosotros? ¿creéis que una persona jugando es el reflejo al 100% de su YO real, como dice mi colega? ¿creéis que sólo a un 50 o 60%?-que es lo que el menda cree- , ¿o pensáis que un 0% y no tiene nada que ver?
Saludos!
Yo creo que depende del día. Yo tiendo a jugar tal como soy, pero algunas veces me dá por pensar "y si cambio mi estrategia? Y si traiciono a mis aliados? y si pruebo a hacer esto, que nunca se ha probado?" porque al fin y al cabo es un juego.
ResponderEliminarYo pondría un 70%-30%
Incluso peor. A veces el juego te revela como eres. Muchas veces pensamos en nosotros mismos de una manera diferente a la que realmente somos. Que se lo digan a Freud.
ResponderEliminarY a veces sucede que el juego nos revela como realmente somos. Yo no me he sentido más mezquino que jugando al ajedrez.
Curiosamente en el rol es todo lo contrario, se te dan los medios para que seas como quieres que sea tu personaje. es decir suele haber un control total sobre como se juega.
Yo espero que no se refleje nada, porque en las mesas aprovecho para comer orejas, meter puñaladas y ser todo lo cabrón que se puede ser ;D
ResponderEliminar"Lengua de serpiente"... dos veces, recuerda :P
Hombre, algo de nosotros si que se refleja. Yo creo que cuando más pistas da un jugador sobre su personalidad en el contexto de una partida es cuando no se conocen demasiado los jugadores entre si. Por ejemplo, ser excesivamente respetuoso o no cuando juegas (en el sentido del puteo jueguil). Esto se diluye cuando ya hay confienza.
ResponderEliminarLa disposición de tus token revela, por ejemplo, si eres ordenado o un desordenado crónico, y hasta que punto perfeccionista, nervioso y, hasta cierto punto, creativo.
En los juegos en los que la diplomacia es determinante no actúas, como en el rol, sino que te muestras tal y como eres. El catán,junto con el bohnanza o el república de roma, o incluso, el monopoloy son paradigmas de esto..
No obstante, el objetivo de un juego es ganar, y que los demás pierdan. Por ello te permites cierta crueldad que en la vida real no es adaptativa. En la vida real quieres estar bien pero no persigues la aniquilaciónn del otro. Es más, te alegras si a otro le va bien, algo ausente en los juegos.
vamos a dejarlo en un 30%
ResponderEliminarSon facetas de la vida. Una persona puede comportarse de un modo en el lugar de trabajo y otra en su casa. Del mismo modo, creo que una persona prudente en su vida diaria puede permitirse la dosis de arrojo y atrevimiento sobre la mesa jugando. Si juegas un par de veces con alguien tampoco puedes sacar muchas conclusiones, pero si compartís juego a menudo sí que creo que a la larga acabas pillando por donde suele tirar y anticipar sus reacciones.
ResponderEliminarUn saludo!
Pedazo de entrada, yo creo que se refleja durante la partida la personalidad aunque a veces se opta por hacer cosas que en la realidad no haría con lo cual lo dejo en un 70-30 como han puesto por arriba también.
ResponderEliminarEn el rol no suele ser uno el mismo, si no habría que cambiar de compañía xD
Un saludo!
El otro día estuve pensando precisamente en eso, que tengo que tomarme los juegos menos en serio. En mi grupo ocurre lo que tu dices, se calca la personalidad, y sabes quien te va a pegar la puñalada. A partir de ahora voy a intentar cambiar y jugar más desenfadado. Me da mucho palo ser traicionero.
ResponderEliminarLo que se comenta aquí del Rol es verdad, ahí ocurre justamente lo contrario, que buscar crear un personaje que no puedes ser en la realidad.
Genial Entrada.
Un saludo
Mil gracias a todos por pasaros ;) y me alegra que os haya gustao. Si a falta de partidas, wenas son las reflexiones (idas de olla) jugonas no? xDD
ResponderEliminarPues para empezar, descarto los extremos... ni 0% ni 100%. El resto... es complicado de decir; personalmente la mayoría de las veces con fijarme en la cara de una persona y observarla durante algún instante, creo que me suelo aproximar bastante a como es; por ello, si jugara con un desconocido y tuviera que adivinar cómo es a través del juego, no sabría muy bien diferenciar de dónde saco la información...
ResponderEliminarEn cualquier caso, sí que creo que se puede sacar bastante información siempre que se interactúe de un modo normal; hay muchos detalles, lenguaje no verbal... que pueden delatarte. Solo hay que saber interpretarlos :)
Y sí, Neiban, siempre quedarán los desvaríos ;)
¡un saludo!
Hola cristina, gracias por pasarte ;)
ResponderEliminarYo estoy contigo; nada de extremos. Si fíjate q por eso yo mi porcentaje lo pongo en 50% o 60.
Y tienes razón, en el lenguaje no verbal se dice musho mucho.
Saludos!
cada persona es distinta y tiene disntintos objetivos durante la partida. Los hay desde lo que vengo es a echar un buen rato y juego al tuntun y quiero hablar con la peña para echar un buen rato. Los hay competitivos al maximo donde lso amigos no existen. Los hay indiferentes, juego a esto porque no tengo nada mejor que hacer. Los objetivos/aspiraciones de la partidas son un 90% del desempeño del rol de la partida. Durante la partida los roles pueden cambiar: Un competitivo puede ver perdida la aprtida y pasar a actitud indiferente o actitud voy a putear el poco tiempo de vida que emr esta de partida. Yo me considero competitivo, y la derrota no tiene amigos (incluso ni la propia pareja xD)
ResponderEliminarCierto Sergio.
ResponderEliminarMe veo reflejado en algunas cosas q comentas xDD
Gracias por pasarte ;)
Tú puedes engañar y traicionar si en ese consiste el juego. Pero ser un mal educado, descortés y un impresentable que falta al respeto es otra cosa. Aunque también en deportes de equipo se ve esos otros aspectos, como el egoísmo o el sacrificio por el equipo. Lo que pasa en el campo no se queda en el campo.
ResponderEliminarCuando juegas, normalmente, te permites ciertas licencias porque sabes que no es la vida real. En el parchís, por ejemplo, no estás matando a nadie realmente y, en el monopoly, no estás arruinando a tu vecino. Es como un niño que juega a indios y vaqueros, dispara pero sabe que nadie está muriendo, en realidad, no es violento por hacer "Pun-Pun" con su pistola de palos. Otra cosa es intentar dañar a los jugadores, por ejemplo, en el fútbol, dar patadas en la espinilla adrede o entrar a matar para romperle el tobillo al delantero, o, si juegas a las cartas, enfadarte y arrojárselas con violencia a tu pareja de juego porque no te hizo bien la seña del tres en la brisca.
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